Esta historia está redactada por un amigo de México
que nos ha aportado una nueva historia real y que nos pondrá la piel de gallina.
Espero que os guste y que ayude a conocer más este tipo de fenómenos
paranormales. Esto sucedió en un pueblo llamado progreso en el estado de Texas en Estados Unidos, a la frontera de México.
Todo ocurrió en las vacaciones de invierno, ese año
unos amigos y yo estábamos acompañando a un grupo de chavas de nuestra clase
por todo el pueblo pidiendo posada y entrando a las casa a cantar y cosas así.
Sin embargo, después de unas seis o siete casas todos nos habíamos separado,
algunos alegando cansancio y otros que en la hora de regresar había llegado, en
conclusión, mi regreso a la casa de mi abuela fue en solitario.
Aun con la calle iluminada, el nerviosismo era parte
de mi ser, el aullar de los perros, el helado viento de la noche y el sonido del campanario de la iglesia
me mantenían alerta, repentinamente las campanas de la iglesia dieron
el replicar de la media noche y una especie de neblina cubrió lentamente la
calle principal sobre la que transitaba, se escucho el relinchar de un caballo
detrás mío junto con el sonido metálico de las ruedas de una vieja carreta, corrí
a toda velocidad, pero mi curiosidad me venció al final y decidido a descubrir
la verdad comencé a correr persiguiendo el sonido de esas ruedas , hasta que
finalmente di con él en un cruce de caminos, aun el día de hoy mis ojos no dan
crédito a lo que vi...
Una
carreta negra como la brea tirada por un corcel negro
y casi esquelético curso en frente de mi,
las piernas me fallaron, y como aquella neblina del principio, la carreta
desapareció en las sombras de la noche.
Con el correr de los días averigüe la procedencia de
aquel extraño fenómeno, la historia de esta es tan aterradora como triste: la
carreta era usada para transportar a los muertos e infectados con enfermedades
durante la revolución, se sabía de una última carga de muertos que
nunca llegaron a campo santo, pues la carreta se había quemado por un rayo
antes de llegar a su destino final (según las propias palabras de mi abuela).
Si un día escuchas el traqueteo de una carreta al filo de la media noche, reza,
reza por aquellas almas perdidas que buscan descansar en paz...
Escrito por: dexterdark
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