Os voy a contar una historia que me ocurrió hace
unos años y que aunque me toméis por locos, para mí es una historia que me ha
marcado un antes y un después en mi vida. Creo que hay personas que no creen en
los espíritus, fantasmas, entes o como quiera denominarlos y yo creo en ello
pero aún así dudo bastante.
No debería de dudar tanto después de este mini
relato que os vaya a contar pero dudo en ciertos casos que me cuenta la gente. Dudo
porque hay una serie de factores que pueden hacer que anule esta experiencia humana.
Pero como dice un dicho “de lo que ves créete la mitad, de lo que no ves no te
creas nada”.
Era un día soleado y me encontraba en mi cuarto
escribiendo por facebook, como de costumbre, con un amigo. Esa tarde me encontraba
extraño, no me apetecía salir con los amigos y decidí quedarme escuchando
música en mi habitación. A las 23:00 de
la noche me acosté, una hora temprana para mi costumbre.
Esa noche no podía conciliar el sueño porque sentía
que algo había en mi cuarto, no quería abrir los ojos porque tenía pánico, no
me atrevía a moverme, ni siquiera movía la manta. Entonces sentí que había algo
detrás de la pared que daba con el cuarto de mi hermana.
A la hora comienzo a escuchar susurros suaves pero
tridentes en mis tímpanos que decían: -Ayúdame, ayúdame Bea, ayúdame……………..La
tercera vez sonó muy fuerte y fue bastante impactante, comencé a llorar pero
sin abrir los ojos. No sé a qué hora fue esto pero me desperté a las 7 de la mañana y
salí de mi cuarto.
Cuando entré en salón vi a mi padre y a mi madre que
me decían que mi hermana no estaba, que había dormido y que se había ido sin
que supiésemos nada. A las 7 y media llegó a mi casa y nada más entrar le digo
a mi hermana: “ayúdame Bea” y se quedó pálida.
Le conté mi historia y ella me contó que había visto
a un niña pequeña que salía de la pared de mi habitación y que le decía lo
mismo que yo estaba escuchando y pensé ¿Qué casualidad más grande? Mi padre ese
día nos creyó todo lo que dijimos y no dudó en nada pero mi madre sí que dudó.
La historia acabó aquí o eso creía yo porque más
tarde mi padre me contó algo escalofriante que me ha marcado de por vida. Mi casa
era de mi bisabuela y a su vez se la había regalado a un hijo suyo que convivió
junto con su hija en este hogar.
Por lo visto en el cuarto de mi hermana la había
habitado esa niña que se llamaba….Bea. Mi padre me contó que esa niña había muerto
en este mismo lugar pero no quiso decirme de qué manera y aún no me lo ha
contado. Lo más curioso que tiempo más tarde mi tía y un grupo de amigas hicieron
la uija en esta habitación años después y se movieron las ventanas y el vaso se
movió sin que lo tocara nadie y claro todo salieron despavoridos sin pensar en
que la ouija se quedó allí…..
Este relato que os he contado es cierto y me ocurrió
hace ya 3 o 4 años y os lo cuento para que me contéis vuestras experiencias y
emociones vividas con este tipo de fenómeno.
Publicar un comentario